La sociedad de coste marginal cero by Jeremy Rifkin

autor:Jeremy Rifkin [Rifkin, Jeremy]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ensayo, Ciencias sociales
editor: ePubLibre
publicado: 2014-01-01T00:00:00+00:00

GLOBALIZACIÓN Y REAPERTURA DEL PROCOMÚN MUNDIAL

En 1999, miles de activistas que representaban a un gran número de intereses y organizaciones no gubernamentales, entre los que había sindicatos obreros, grupos feministas y ecologistas, activistas por los derechos de los animales, asociaciones agrarias, activistas por un comercio justo, académicos, y grupos religiosos, tomó las calles de Seattle en una manifestación multitudinaria contra la cumbre de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que se celebraba en aquella ciudad, con el objetivo de reivindicar el procomún público. Los manifestantes llenaron las calles del centro de Seattle rodeando el Washington State Convention y el Trade Center, bloqueando los cruces e impidiendo que los delegados de la OMC pudieran asistir a las reuniones previstas. A los manifestantes se les unió el Ayuntamiento de Seattle, que aprobó por unanimidad una resolución que declaraba la ciudad zona libre del acuerdo multilateral sobre inversiones. Hubo también muchos representantes de la prensa internacional que dieron su apoyo a los manifestantes. En los días anteriores a la cumbre, el periódico londinense The Independent publicó un editorial muy crítico en el que atacaba a la misma OMC:

La forma en que [la OMC] hace uso de [su] poder está dando pábulo a la sospecha cada vez más extendida de que sus siglas [en inglés, WTO] significan World Take Over [dominio o control del mundo]. En una serie de resoluciones ha rechazado medidas para ayudar a los pobres del mundo y para proteger el medio ambiente y la sanidad, en beneficio de empresas privadas, por lo general estadounidenses[35].

Las manifestaciones acabaron con más de 600 detenidos y marcaron un punto de inflexión en la precipitada carrera hacia la globalización. Ahora había una oposición pública que se podía identificar[36].

Las manifestaciones destacaron en otro aspecto. Muchos de los activistas eran hackers que ayudaron a organizar la logística de las protestas. Aquella fue una de las primeras manifestaciones donde se usaron correos electrónicos, chats, retransmisiones en directo por Internet, sentadas virtuales y teléfonos móviles para coordinar toda la movilización. La sincronización de la logística de las protestas mediante las TIC e Internet fue un aviso de lo que pasaría doce años más tarde en las calles de El Cairo y en otros puntos calientes de Oriente Medio durante la llamada Primavera Árabe.

Los hackers tenían una buena razón para unirse a los ecologistas, los sindicalistas y los activistas del comercio justo. Un año antes, el Congreso de los Estados Unidos había aprobado la Sonny Bono Copyright Term Extension Act, que fue refrendada por el presidente Bill Clinton[37]. Esta ley extendía la protección por copyright de una obra hasta setenta años después de la muerte del autor. Aquel mismo año, el Senado estadounidense y el presidente Clinton promulgaron la Digital Millennium Copyright Act (DMCA), que ponía en vigor dos tratados de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI[38]). Estos tratados, junto con la ley DMCA, hacían ilegal el empleo de tecnologías u otros medios para eludir los mecanismos usados para proteger los derechos de autor. Estos mecanismos reciben el nombre de «gestión de derechos digitales» (o DRM por sus siglas en inglés).

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